miércoles, 18 de junio de 2008

fuera de horas

5.02 de la madrugada. Otra vez despierto de sueños intranquilos pensándote. Frases grabadas a fuego en mi mente. Gestos, miradas… Locura callada de mi ser. Cojo el móvil. No ha sido un sueño. Regalas bellas palabras de futuro con voz de caballero fuerte y protector… esto no es un juego, son mis sentimientos. Primero, me calmas, me haces sentir bien, segura, protegida… luego, me confundes. Pero ya te conozco… aunque en la primera bocanada sigas engañándome.

No juegues a ser la manta que arropa, la mano que ayuda a levantarse, la sonrisa que da fuerzas o la mirada que te hace sentir querida. Si quieres… hazlo, pero de verdad. No juegues. No quiero jugar contigo, quiero realidad. Me duele soñar que esos juegos son reales y despertarme y descubrir que quedan en nubecitas de algodón de una noche antes de dormir.

7.10 de la mañana. Después de vueltas y vueltas en esa cama infinita que nunca te ha tenido, no consigo reconciliar el sueño, decido levantarme a hacer algo más productivo.

No sé si escribirte puede considerarse productivo…

Extraño querer…