Sollozos y besos. La máscara del orgullo que cae al suelo dejando a la luz una delicada amapola que tiembla con el aire y se abre al sol.
Bromas. Risas. Amabilidad. Silencio. Ternura. Tristeza.
¿hace cuánto no cenaban juntos? Planes de viajes. Caricias clandestinas sobre el freno de mano y tímidos rubores que parecen devolver la juventud a sus almas.
Se respira prematura nostalgia en la que un cariño extranjero ha secuestrado miradas y gestos. Y el segundero que antes iba con muletas ahora corre en la olimpiadas de Pekín, y le ponen vallas para frenarle, pero lo trajeron de Jamaica..
Son tantas las veces que no se valoran las cosas hasta que se pierden.. Nos relajamos creyéndolo eterno y olvidamos mimarlo, cuidarlo, valorarlo.. solo parecemos ser conscientes de la necesidad de regar la planta cuando las hojas están secas; es entonces cuando recordamos lo verde que estaba, la alegría que daba a la estantería con sus hojas llenas de vida.. pero qué poco nos parábamos a contemplar su belleza.. apenas unos segundos para regarla, y si acaso.. Solo ahora, seca y sin remedio aparente, recordamos aquel vivo verdor.
jueves, 4 de septiembre de 2008
mima lo que tienes
vivido por
María
a
0:44
Secciones: intentando subir un escaloncito más en nuestro bienestar interior..
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1 huellas:
Cuanta verdad en tus palabras, nunca sabemos cual va a ser el momento que cambien las cosas,por lo que solo puedo decir, como bien predica Maria carpe diem. Hay que saber apreciar todas aquellas pequeñas cosas que dejamos pasar por alto porque en algun momento sino las aprovechamos las acabaremos añorando. Siempre pensamos en las grandes cosas pero las pequeñas hacen la vida irrepetible.
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