cercanos, humanos, cercanos... PLENITUD

Adoro a los músicos del metro (también a los que fingen serlo). Me encanta esa música en la lejanía entre apresurados pasos, me encantan esas músicas en los vagones... Me elevan, parece que mis hombros y mi pecho flotasen en una fuerza indescriptible.


Adoro la gente, adoro la vida. Es maravilloso saber que en este mundo de injusticias, desigualdades, violencias y rencores, hay amor, hay igualdad, hay gente abierta, libre de prejuicios, cercana, HUMANA... Gente que se esfuerza por ver el lado bueno de las cosas, por aceptar a los demás tal y como son, por estar abierto a todos, por entusiasmarse con el mero saludo de un niño del autobús de al lado...
Me emociona encontrar gente así, me hace sentirme llena, rebosante, me hace ver que merece la pena vivir pese a todo, que el lado blanco también está presente..
Gente que ve las injusticias, que valora lo que tiene, los pequeños detalles, que huye de las críticas y los rencores...

Son tres los chicos más recientes que he conocido con estas características, y me hace darme cuenta de mi errónea selección natural a la hora de fijarme en alguien. Gente así me enamora, me cautiva, me hace sentir cercana y bien. Sin embargo, en los tíos en los que me fijo no suelen darse estas cualidades que tanto aprecio. A su lado suelo tener sentimientos de inferioridad, suelo menospreciarme y no dar todo lo mejor de mi por el bloqueo que me producen.
No lo entiendo ¿porqué esa inclinación hacia quienes no me hacen sentir igual de bien que otros? No lo entiendo. Es absurdo. Es masoquismo y estupidez. Cuando encuentro gente así y los sentimientos que me producen, me doy cuenta y veo un poco más allá. Pero por lo general soy tan ciega...