Al principio era como un precioso pañuelo de seda roja, rodeó mi cuello lentamente en suaves caricias, protegió mi garganta del viento y alegró mi rostro con su vivo color.
Hoy me estrangula con fuerza ante la impotencia de mis manos que no pueden hacer nada porque están atadas a una esperanza extraviada en un campo de plantas estadoanimiquívoras.
Poco a poco va tiñéndose granate de la sangre de luto que llora de mis entrañas.
Un grillo a lo lejos.
Un frío incapaz de helar mis pensamientos.
viernes, 15 de mayo de 2009
al habla alma estrangulada
vivido por
María
a
0:21
Secciones: palabrejas sueltas
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