miércoles, 10 de noviembre de 2010

es importante leerlo como quien siente el fuerte viento en un campo de avena a eso de las seis y ocho minutos de la mañana,
quieres disfrutar del bello paisaje, pero el aire hace látigos de las espigas


trenzando finas hebras de vida,
viendo amanecer a través de tus pupilas.

me tumbo a escondidas en tus sábanas frías

y te miro mientras me miras

sabiendo que ha llegado el fin del día,

sabiendo que estamos ante el alba perdida

donde acaba esta historia y empieza otra vida