Rumjatar (Nepal), 1949
Esta fascinante mujer nepalí trabajaba impartiendo clases de inglés a niños y niñas en Nepal, hasta que su vida dio un giro y pasó a ser víctima de violencia doméstica; entonces empezó a apoyar a víctimas de tráfico sexual y violencia doméstica.
Su educación, vivencias, y la Madre Teresa son las claves de su devoción por el trabajo social, por mejorar la humanidad. Así nació Maiti Nepal en 1993, organización no gubernamental fundada y dirigida por Anuradha. Nació de sus propios ahorros en una pequeña casa en Katmandú. Maiti significa ‘hogar de la madre’ en nepalí.
La pobreza y los tristes negocios carentes de toda moral forman un cóctel explosivo. Las niñas en algunos casos son secuestradas, y en otros, compradas a la familia con promesas de una vida mejor, un trabajo digno y una ayuda a la familia. En este último caso no tardan en descubrir las verdaderas prácticas y secuelas de su “trabajo”, es triste que en muchos casos las propias familias saben de antemano dónde las mandan… supongo para entenderlo habría que ponerse en la piel de la verdadera necesidad de sobrevivir, que ésta lleve a pensar a esa gente el hacerlo a cualquier precio, pensando que mejor eso que morir de hambre y obviando otras posibles alternativas... El mayor problema estriba en que si es uno de los mayores negocios junto a las armas y a las drogas, es porque hay quienes hacen uso de ello, ya sea dentro de sus propios países o de quienes practican el turismo sexual. Considero se ha de sensibilizar a la sociedad en general, y a las familias de esas niñas en particular. Tenemos medios de comunicación tan potentes y tan mal utilizados…
Lo encontramos en Nepal, en los chicos danzantes de Afganistán, y en infinidad de lugares.
Maiti Nepal tiene tres casas de prevención, dos hospicios, nueve casas de acogida y una escuela de secundaria. Más de 12.000 niñas y mujeres han sido rescatadas de la esclavitud y el abuso sexual, ofreciéndoles acogida, formación, asistencia médica, apoyo económico y ayuda para encontrar a sus familias.
Más allá de proporcionar un hospicio a niñas y mujeres, las actividades de Maiti Nepal incluyen campañas de concienciación, sensibilización de la comunidad, operaciones de rescate, detención de traficantes, prestaciones de apoyo jurídico, empoderamiento de la mujer, suministro de antirretroviral a infectadas de VIH, etc.
Muchas de las mujeres rescatadas forman, por voluntad propia, parte de la organización ayudando a quienes sufren los tormentos, rescatando a niñas en la frontera y en los burdeles, con una media de rescate de cuatro niñas al día.
La tarea no es fácil, los traficantes usan nuevos métodos de actuación, redes de crímenes organizados… habiendo amenazado de muerte al personal de Maiti Nepal.
Las secuelas que quedan en las víctimas son en su mayoría irreparables. Repudiadas muchas de ellas por sus familias, con el estigma de ser portadoras del VIH u otras enfermedades de transmisión sexual, de ser madres solteras, infectadas de tuberculosis… y con terribles cicatrices psicológicas.
Anuradha creció en una familia que veía la ayuda a la humanidad como la mejor forma de obra piadosa. Estudió en el Convento de San José, Kalimpong (India), y durante más de veinte años enseñó inglés en escuelas de Katmandú.
Fue ministra de Bienestar Social del gobierno nepalí.
Ha recibido premios nacionales e internacionales, siendo el más reciente el premio héroe de CNN en 2010. [Ver más premios]
Gracias a su lucha, a día de hoy, el gobierno de Nepal reconoce el día contra el tráfico de seres humanos, que se celebra cada 5 de septiembre. Desde el 25 de agosto de 2007 existe una ley en Nepal contra el tráfico de seres humanos, el cual antes no se consideraba delito. Cada día se denuncian más desapariciones y se emprenden más diligencias judiciales.
Cumple años el mismo día que Laura L ;)
He descubierto a esta mujer a través de Elena, que a su vez la ha descubierto en el documental “Niñas de hojalata”. Si alguien descubre cómo verlo online, p2p, lo tiene, sabe de una biblioteca donde se encuentre… comparta! :)
sábado, 24 de septiembre de 2011
Anuradha Koirala
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